Rafael Marín: “El sueño húmedo de un escritor es pegar el pelotazo con una novela juvenil”

A Rafael Marín no le gusta aburrirse y mucho menos escribiendo. Por eso lo ha probado todo en literatura: ciencia ficción, policíaco, novela juvenil y para adultos, relatos y guiones para cómic. Ahora está a punto de presentar ‘Mobtel’, una novela pensada para jóvenes lectores capaces de meterse en la piel de un personaje que viaja hacia la madurez a grandes zancadas.

“Casi todo lo que pasa en la novela es verdad”, asegura Rafael Marín. Y cuesta creerlo porque Mobtel está protagonizada por un adolescente al que le pasan cosas ciertamente increíbles. La primera, que su madre lo deje solo en el pueblo costero de Inglaterra donde viven mientras ella se vuelve a España para cuidar a la abuela.

Pero sí, Tomás, o Thomas como lo llaman sus amigos ingleses, nació a partir del relato de un amigo del novelista que, durante una velada navideña, le contó las increíbles peripecias vividas cuando era un jovencito.

Desde entonces, Marín estaba deseando escribir una historia que dista muy poco de la original, pero a la que el autor le ha ido “añadiendo algunos elementos” y en la que hay referencias de clásicos juveniles como La isla del tesoro.

El protagonista de Mobtel no tiene una edad concreta. Es un chico de dieciséis o diecisiete años que se inicia en el mundo de los adultos de manera brusca, al que le ocurren cosas que únicamente ocurren en las películas y que se ve envuelto en una aventura peligrosa de la que sale casi indemne.

Con esta novela, Rafael Marín ha disfrutado del placer “de escribir ligerito, sin usar un vocabulario muy específico, disfrutando del relato lineal de los hechos”.

11021094_10152724495353461_4799419337090935485_nEl autor define las aventuras del protagonista de Mobtel como “un rito de iniciación, de paso de la juventud inconsciente a la edad adulta”. Que la historia ocurra en Inglaterra es para Marín, que es filólogo y traductor del inglés, un aliciente añadido porque, además de bien documentada, la novela está “salpicada de coñas con la cultura inglesa, con el mal tiempo que hace siempre allí, con lo mal que comen”.

Se nota en esta novela el gusto de Rafael Marín por “los perdedores”, por personajes “que, aunque se les ha ido un poco la olla, siguen teniendo cierta dignidad”. Tampoco faltan las referencias literarias y cinéfilas de fondo. Entre las páginas de Mobtel podemos atisbar guiños a películas como El quinteto de la muerte, de  Alexander MacKendrick,  o a los poetas románticos ingleses.

El autor no ve demasiadas diferencias entre escribir para adultos o para jóvenes: “Siempre he saltado de un público a otro. Se trata únicamente de rebajar estilo. El leguaje es más simple, los personajes más jóvenes, la estructura más sencilla y, se supone, hay que evitar la violencia extrema y el sexo”. No obstante, admite que “el sueño húmedo de cualquier escritor es ver si da el pelotazo con una novela juvenil, que, por lo visto, es un género que sí se vende”.

Marín asegura que “con la literatura para jóvenes las editoriales arriesgan poco, tienen poca imaginación, la mayoría de ellas identifican juvenil con novela fantástica”. “Yo, que soy muy del género fantástico, me he inclinado por el género policíaco con Mobtel. No todos tenemos que seguir esa rueda. Intentemos otra cosa”, explica.

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Mobtel –que se presenta el jueves a l,as siete y media, en la librería QiQ de Cádiz– es, en palabras de su autor, una “novela divertida, intrascendente, juvenil, ideal para leer en verano, que también puede gustar a los profesores de inglés, a los lectores del género policíaco”. “Hasta saldría una buena película de televisión, creo yo”, comenta medio en broma.

Cuando se le pregunta qué lecturas juveniles tiene él como referentes, Marín asegura que su generación “nunca conoció la literatura juvenil. Nosotros leímos El Quijote en vena, no como ahora, que los niños leen adaptaciones de éste y de otros clásicos que mejor es que vean una película… No todo es literatura al mismo nivel”.

El autor de novelas como Lágrimas de luz o El niño de Samarcanda asegura que le gusta “cambiar de género como el que cambia de camisa” y que no quiere “apellidos como escritor”.

“El mal de la literatura, tal como yo lo  veo, es obligarte a escribir siempre lo mismo. Me parece terrible. Yo he ido cambiando con los años y cambio cada día. Para mí, escribir es una aventura. Por eso, esta novela no se parece en nada a la novela por entregas que estoy escribiendo para CaoCultura ni a la novela histórica que tengo ahora entre manos, que hace que me vuelva hacia el hombre del Renacimiento”.

Rafael Marín no concibe “la vida sin la literatura”: “Si no escribo o traduzco, me aburro, aunque ahora la traducción ha muerto. Yo soy mi primer lector, escribo para mí, para descubrirme, para explicarme el mundo. Por eso leo lo que escribí hace treinta años y no me conozco. Alguna gente me ha comentado que yo he predicho el futuro con mi novela Lágrimas de luz, pero yo no he tenido esa conciencia. Quizá, yo lo único que hago como escritor es recoger cosas que están en el ambiente”.

Mª Ángeles Robles

Autor/a: Mª Ángeles Robles

Soy periodista especializada en temas culturales. He trabajado en Diario de Cádiz, en la agencia de noticias Europa Press y he sido redactora y fundadora del periódico El Independiente Cádiz. Colaboradora habitual de diversas publicaciones culturales en las que he escrito de teatro, cine y literatura.

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