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Astrud Gilberto / Kool & The Gang
El acuerdo para España y Portugal entre Universal Music Group y Elemental Music viene facilitando la recuperación (en vinilos de 180 gramos, con artwork original, edición limitada y, en muchos casos, en versión gatefold), de un valioso catálogo de obras de la década de los sesenta y setenta del pasado siglo, procedentes de sellos como Decca, Motown, MCA, Capitol, MGM, Polydor, Philips, Verve o Mercury, y suscritas por nombres de la dimensión histórica de Allman Brothers Band, Ike & Tina Turner, Diana Ross, Bobbie Gentry, The Supremes o Muddy Waters, entre otros. A algunos de ellos como el excelente Tim Hardin 2 ya le dedicamos atención en Clásicos Básicos pero pluralidad y calidades del lote bien merecen que también reparemos en otras entregas, quizás no tan esenciales en el devenir de estilos como rock, pop, soul, country, bossa nova, jazz o blues, pero sí poseedoras de un atractivo perfil, tanto para neófitos como para iniciados. Tal es el caso de Beach Samba de Astrud Gilberto, publicado originalmente por el sello Verve en 1967. Cuentan que fue nuestra protagonista quien se ofreció a cantar en inglés la canción “Garota de Ipanema” (“The Girl from Ipanema”), junto a su marido, el...
Bárbara pureza
Se le abren a una las carnes al leer a una excelente poeta sabiendo que nunca antes has escuchado nada sobre ella, y al constatar, con sorpresa, que nunca la has visto citada en algún artículo o antología. “Una autora tan genial como desconocida”, en palabras de las editoras. “Una transgresora delicada”, según su hija. Estamos de suerte, porque por fin está al alcance de todas y todos la interesantísima voz de Mada Carreño, publicada por Sabina Editorial el 2022, en su colección Mínima: “Hemos seleccionado para esta edición una gran parte de sus poemas de adolescencia y juventud (1929-1936) escritos entre los 15 y 22 años, poemas escritos en la guerra (1936-1939) entre los 23 y 26 años y poemas escritos durante el éxodo y el exilio (1940-1955), ya en México, donde vivió hasta su muerte, además del poemario completo Poesía abierta”. Poco a poco, a lo largo de la lectura del conjunto titulado Todo lo que arde, cuando afinemos nuestra escucha, podremos entrar en ese universo denso de sonidos claros y expansivos, en la maravillosa arquitectura de sus versos: “Quisiera no aprender ni saber nada/ encerrarme en mi bárbara pureza/ con tal de no rozarme con tanta...
Unas cuantas medallas
Una vez dejé el campamento, como si todo aquello nunca hubiera existido, jamás volví a hablar de la mili. I La explosión me viene a la mente en el autocar. Ha anochecido y estoy vestido de soldado y guardo, como los demás, un petate caqui en el vientre del maletero con mi ropa y mis zapatos de civil y el compañero que viaja junto a mí ronca con la cabeza echada muy atrás, sobre el respaldo del asiento de al lado. Me muestra su nuez protuberante, su piel sin un pliegue, sin vello, su corte de pelo casi al rape. Yo no lo conozco. No sé de qué compañía es. Siquiera he echado una mirada a mi derecha para escrutar sus rasgos, quedarme con su retrato de persona anónima con la que me cruzaré una sola vez en mi vida, tal vez en ese viaje y nada más. Supongo que está contento, aun en su letargo, como todos los que llenan el autocar. Rodamos camino del sur, a una distancia sideral de nuestros hogares. Por encima de nuestras cabezas hay dos televisores. Uno cuelga hacia la mitad del habitáculo. El otro figura en la parte...
Pensar la fotografía
«¿Tienen valor filosófico las descripciones?» Maurice Merleau-Ponty. La primera aparición de la fotografía en el pensamiento filosófico llega, posiblemente, en forma de comparación de la mano de Søren Kierkegaard (1813-1855), al inicio del artículo titulado «Aegteskabets aesthetiske Gyldighed» («La legitimidad estética del matrimonio»), publicado en 1843. El texto, escrito en «forma de una carta», desarrolla el epígrafe «Amas el azar» y tras el retrato del seductor describe el instante en el que su mirada se cruza en un espejo del restaurante con la de «aquella jovencita hermosa» con la que había coincidido en mesas próximas, y «que enrojeció cuando tus ojos chocaron con los suyos». Tras la narración de este breve acontecimiento, Kierkegaard asevera: «Estas cosas las conservas en tu memoria con tanta exactitud como la de un daguerrotipo y las imprimes con la misma rapidez de éste, que como es sabido aún en las peores condiciones climatológicas sólo necesita medio minuto para fijar las imágenes». Louis Daguerre había presentado su cámara, la primera de la historia, en 1839, apenas tres o cuatro años antes de que el filósofo danés redactara su observación. La comparación tiene solo encanto, pero con el tiempo tal vez haya ganado profundidad. Vuelta...