Clara Obligado, la belleza de contar
Debemos agradecer al silencio de la Pampa, a Borges y a su voracidad lectora —desde pequeña ha leído de todo, sin prejuicios— que hoy podamos disfrutar de esta escritora que se propuso buscar la belleza y la encontró en las palabras. A Clara Obligado, la autora que arriesga en cada libro, porque «escribir sin arriesgar no parece interesante», le hubiera gustado escribir El Quijote, además de todos los libros que lee y le apasionan:...
María Zambrano: un ángel recorre el bosque
Araceli y María caminan bajo el sol de La Habana. Hay un deje andaluz en la humedad que llega del mar acumulando salitre sobre las azoteas. Caminan agarradas del brazo, mirando las cortinas blancas que tratan de huir, sin éxito, a través de las ventanas abiertas de un viejo palacio colonial. Las dos están cansadas, las guerras han sido largas, el exilio empieza a serlo más. En la rama más alta de una ceiba podrían tener algún reposo,...
Jorge Luis Borges: el verso hecho tango
Miro a Borges que me mira como si de los ojos estuviera a punto de caerle una lluvia que sucede en el pasado. No hay ceguera sino luz en los dones del verso hecho tango. Su corazón de gaucho pervive en la sinfonía de su rostro. Miro a Borges y miro la literatura misma que recorre el mundo.
William Faulkner, de profesión granjero
Intentar imitar a William Faulkner es el camino más directo a la derrota del escritor. Su literatura se sirvió, en exclusiva, para ser leída. Nada más. Créanme, sé lo que me digo. Lean pues la obra de William Faulkner. Siempre se es demasiado joven la primera vez. Y la segunda. Y la tercera. En fin. Para el autor de Luz de agosto, sin embargo, la derrota es —dolor en Hollywood, el pan para Rowan Oak— gasolina que prender con la chispa...
Franz Kafka: las cuatro paredes de un adjetivo
Entre aquellas cuatro paredes, sentado en su pupitre, un adolescente desea ser Kafka. ¿Cómo es posible que un señor se transforme una buena mañana en un insecto? El profesor esboza unos argumentos turbadores que le resultan inquietantemente cercanos, reconocibles. La angustia, la opresión. Lo absurdo. Aún no ha leído un solo libro del autor de Praga, pero sabe del hombre que nunca llegará a conocer el delito del que se le acusa, de...
Edgar Allan Poe: el creador de futuros
Ese hombre sentado, junto al calor del brandy, contempla en las llamas los rescoldos de las vidas que pudo haber tenido. Quiso ser héroe a caballo, servir en las guerras indias a golpe de clarín, tahúr del Missisipi, gacetillero en mil periódicos, poeta. De tan insatisfecho, hasta de su nombre, pudo serlo todo y piensa que nunca fue nada. Es un insatisfecho de la vida, por más que la ama. El amor lo ha marcado tanto como lo ha herido...