Pacheco forever
Recuerdo con toda claridad el primer cómic que vi de Carlos Pacheco, pero no la primera vez que lo vi a él. Todo lo contrario que ahora, ya que apenas recuerdo sus viñetas y sí el montón de charlas, encuentros, anécdotas, conversaciones creativas, disquisiciones filosóficas, análisis de los medios y sobre todo risas, muchas risas. Fue en 1983, que se dice pronto. En el Campo de Gibraltar, que entonces estaba muchísimo más lejos de...
Edgar Allan Poe: el creador de futuros
Ese hombre sentado, junto al calor del brandy, contempla en las llamas los rescoldos de las vidas que pudo haber tenido. Quiso ser héroe a caballo, servir en las guerras indias a golpe de clarín, tahúr del Missisipi, gacetillero en mil periódicos, poeta. De tan insatisfecho, hasta de su nombre, pudo serlo todo y piensa que nunca fue nada. Es un insatisfecho de la vida, por más que la ama. El amor lo ha marcado tanto como lo ha herido...
Un muchacho y su wookie
Cuando en la navidad de 1977 nos asomamos por primera vez a aquella galaxia lejana, muy lejana, que con el tiempo acabaríamos por llamar con su nombre en inglés, Star Wars, y que lo quieras o no cambió para siempre el mundo del cine y el entretenimiento de los medios de masas, el personaje que más nos llamó la atención, adolescentes como aún éramos, fue el de aquel vaquero del espacio, fanfarrón y cínico, que iba acompañado por un...
John Buscema: el emperador de todas las temáticas
No estuvo en Marvel desde el principio, pero sin él no puede entenderse lo que fue Marvel. Hoy, el aficionado a la historieta es cicatero y miope y juzga la validez del medio y su afición a partir de su experiencia limitada o de lo que otros le han dicho que tiene que ser su baremo. Así, glorificando la figura capital de Jack Kirby (en detrimento de la otra figura capital que fue Stan Lee), se ha pasado por alto (o, peor aún, se ha...
Goya vuelve a la historieta
Goya ha vuelto a la historieta. En buena hora. Es un acto de justicia. Porque, verán ustedes, don Francisco de Goya y Lucientes, uno de los sordos geniales del siglo XIX (el otro, claro, es Beethoven), no solo dinamitó la pintura que le precedía, rompió los cánones, impuso otros nuevos, se lanzó de cabeza a los estilos que luego le seguirían todos cuanto vinieron, sino que en aquella famosa serie de seis óleos prefiguró lo que luego...