–Buenas…
–Según se mire…
–Claro… yo… venía para cambiarme de Compañía…
–¿Por…?
–Esto… me han dicho que es más barata, que hay una que sale más barata…
–¡Aclárese, por favor!
–…que sale, que sale más barata…
–¿Y…?
–Pues… eso…
–Oiga, no tengo toda la mañana, ¿sabe? O “pues” o “eso”, vamos, decídase, hombre de dios…
–Umm… “Eso”, sí, sí, sí. “Eso”.
–¿Seguro?
–Sí, sí, sí… “Eso” está bien.
–Mire, amigo, no quisiera mentar la soga en casa del ahorcado, ni tengo por qué meterle en vereda de once varas, ¿sabe?, pero viendo que no hace más que marear la perdiz, le ordenaré que se siente ahí, en ese rinconcito, ¿ve? Y que se lo piense bien durante quince minutos, hora más hora menos…
–Yo…
–¡¡¡Se siente, coño!!!
(Pasan cinco minutos)
–Oiga…
–Pero bueno, ¿cómo quiere que se lo diga?
–Ummm, no sé… ¿Qué tal a bocajarro?
–Se lo diré a bote pronto, si le parece.
–Mejor… ¡Dígamelo a buenas horas, mangas verdes!
–No me haga decírselo a la tremenda.
–Mientras no sea a lo loco.
–¡A la de tres! ¡Cállese de una vez!
–Un …dos… tr…
–¡¡Silencio!!
–Pero es que ya pensé lo suficiente…
–¿Seguro?
–Sí…
–¿Cuánto de seguro?
–Como diez y medio.
–Vaya, no es moco de pavo.
–¡Qué va! Es auténtico…
–En fin, allá usted, si quiere que le salga más barato…
–Ha sido una decisión muy difícil.
–Ya lo veo, ya.
–Mire qué lagrimitas…
–Tendrá que traerme el justificante por duplicado de que duerme usted en casa una noche sí y otra no…
–Vaya.
–El carnet original de socio de Cesta y punto…
–Oh.
–Una fotocopia actualizada de la Partida de Nacimiento…
–Toma.
–Y el DNI bien pegadito en la frente…
–Sin problemas.
–Pues bien, nada, nada, que si le he visto no me acuerdo, señor… El siguiente…
–Oiga, esto me huele a chamusquina…
–¡Me es “inverostátil”! Y ahora, circulen, circulen… Y háganse de Mandacone… que la vida la vida la vida es…