Luchar con uno mismo

‘Zapatos sin cordones’. Julia Navas. Chamán Editores. Albacete, 2022. 110 pp.

Ofrecer una indagación en los intersticios del ser muestra una voz honesta y comprometida. Visualizar los problemas tan difíciles de tratar y que dispone de tan exiguos medios es comprometerse. Si se indaga más allá de los contornos de la intimidad y explora en los dominios de la salud mental, resulta un compromiso netamente ético.

Julia Navas (Avilés, 1966) en Zapatos sin cordones (Chamán Editores) practica una poesía que trasciende la indagación íntima haciéndose eco de las dificultades —tan en boga— que atraviesa nuestra sociedad a la hora de tratar las enfermedades mentales.

En las palabras previas Ana Vega es taxativa: “he aquí el testimonio de una verdad y una lucha”. Estas apuntan poemas que reflexionan sobre varios principios, “que —añade— van contra el propio avance de la humanidad”. La propuesta es clara: si abandonamos los valores que definen al hombre, nuestro devenir será salvaje.

En esta tercera entrega lírica la escritora avilesina reúne un conjunto de setenta composiciones, un recorrido de toma de conciencia sin pausas. Su discurso poético oscila entre la veta existencialista y la de la conciencia.

La de la conciencia se evidencia en el poema de título homónimo al volumen. Veamos un ejemplo donde son enumeradas algunas de las alteraciones de la mente: “el arrebato, el trastorno, el abandono, / el rechazo, la autolesión, la soledad de / la PLANTA TERCERA y sus erráticos transeúntes”. El sujeto habla de su interior y trasciende cuando los lectores nos identificamos con la marca, como se comprueba en “Te hablo”, donde se refiere a la lucha: “para zanjar ese camino / en el que desandas tus pasos una y otra vez”. El ejercicio no debe perder comba ni tampoco perder el equilibrio, así se dice a sí mismo: “No oscilar, no zozobrar, no transgredir / es un ejercicio de demente resistencia”.

Navas coloca en la perspectiva actual el cuidado de los otros de los nuestros, de esos que no se visualizaron o siguen siendo incomprendidos, aquellos que se pierden y fueron abandonados, dados de lado incluso por la sociedad, lo que se deduce de “Roturas”. Se recela de que el olvido haga mella: “Temo que llegue el día / en el que tu recuerdo / sea una imagen con orla de espinas”. Los recovecos de la mente conducen a otro tiempo, a otro lugar, como se ve reflejado en la composición “El castillo”.

Como lectores nos llega diáfana la imagen obsesiva de los pensamientos que conducen a no se sabe dónde “como el repiqueteo de un pájaro carpintero / que busca hogar y refugio / mientras yo indago”. En diferentes páginas se muestra el dolor e igualmente se muestra la esperanza en el cuidado, en la comprensión, en el hallazgo; como si mostrase el camino desde el final de un río y ascendiese hasta su origen, conectando con la poesía de corte existencialista, como muestran “Viaje de ida y vuelta” y su correspondiente, “Tiempo regalado”: “has regresado a los miedos de tu infancia”. Y así como el proceso dominan las interrogaciones, la incertidumbre de la mejoría, comprendemos el grito que se lanza de ayuda en “El rescate”. En analogía las dudas de la mejoría conducen al origen: “buscando la raíz del dolor / para un diagnóstico seguro”.

El uso de redes léxicas aportan cohesión y unidad al conjunto. Algunas de ellas se refieren a la soledad, a la búsqueda, a la vida, al sufrimiento, a la lucha, a la ayuda… La tensión se comparte en distintas composiciones. En “El refugio” puede leerse: “Después, la fantasía, / la vida paralela, el reducto / que solo a ti te pertenece”. El personaje construye un mundo ficticio que termina alejándose del real. Lo vemos en “Elogio de la locura”, y también en “Laberintos”: “la vida es una bestia omnívora y voraz / y nadie me ofreció un hilo de oro para huir de mis / pequeños monstruos”. Y en el extrañamiento que produce el efecto de mostrar la verdad en “Soberbia”, donde la imagen de la bifurcación mental se aprecia en el encuentro de uno consigo mismo: “Nunca he dejado de desdoblarme / e intentar descubrir mis secretos. / Sonsacarme, encararme frente al espejo / y cuestionar todas mis máximas”.

La hipérbole del dolor se cobija en palabras con carga semántica, que van más allá del referente, como se deja entrever en “Envasada al vacío”. En este y otros poemas, como “La deuda” o “Lo que perdimos”, se hallan los versos más personales, con una mayor carga afectiva, junto con toda la problemática de la enfermedad mental expresada.

Por último, la función metalíngüística se deduce en varias composiciones. Tras el sentimiento de atrapada, en el “Poema de amor exacto” confiesa: “me rindo a la relatividad / de las palabras vacías / y a la tibieza de la mentira / para construir verdades a medias”. Se cree en las palabras, no como panacea de la recuperación, sino como muestra del tiempo transcurrido, así en “Elocuencia”: “A través del cristal de nuestra existencia / se vislumbran las palabras / que guardamos recelosos en los bolsillos”.

Y así de emoción en emoción, nos deja ateridos. Julia Navas nos muestra en Zapatos sin cordones, el naufragio y su rescate. Aquí no hay simulacros, sino luz verdadera.

Jesús Cárdenas Sánchez

Autor/a: Jesús Cárdenas Sánchez

Jesús Cárdenas es licenciado en Filología Hispánica, Programa de Doctorado de Ciencias del Espectáculo (Universidad de Sevilla) y Máster en Formación e Investigación Literaria y Teatral en el Contexto Europeo (UNED). Es autor de los libros de poemas: ‘La luz de entre los cipreses’ (2012), ‘Mudanzas de lo azul’ (2013), ‘Después de la música’ (2014), ‘Sucesión de lunas’ (2015), ‘Los refugios que olvidamos’ (2016), ‘Raíz olvido’ (2017) y ‘Los falsos días’ (2019). Varios de sus textos se han traducido al inglés, francés, portugués e italiano. Como crítico literario y periodista cultural colabora con diferentes revistas literarias.

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1 Comentario

  1. Me siento afortunada y agradecida después de disfrutar y emocionarme con tu profundo y lúcido ahondamiento de Zapatos sin cordones. No hay nada más emocionante para un escritor que ver cómo su palabra estremece y espolea generando la necesidad o el placer de compartir todo aquello que ha hecho sentir.
    también dar las gracias a Caocultura.
    P.D Un pequeño inciso sin demasiada importancia: este es el cuarto libro de poemas.

    Abrazo.
    Julia

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