No sé entre qué edades estaremos los que hoy lloramos la muerte de Quino, pero sí sé que estamos llorando de verdad, a moco tendido, y con muchas ganas de tirar la sopa por la ventana para ver si le cae en la calva al señor fascista del bigote, ese que vive con las ventanas cerradas y deja en la escalera un aroma nauseabundo a varón dandy.
No sé qué edad tenemos, Mafalda nos dejó suspendidos en su propia infancia-adolescencia lúcida e implacable. Nos quedamos en medio de un poema de Benedetti, de un tango de Discépolo y de un cuento de Cortázar, embobados en un verso de Violeta Parra y extasiados contemplando cómo Alfonsina se adentraba en el mar. Nos quedamos allí, enfadados con el mundo, irresponsables con nuestro futuro, seguros de que vendrían tiempos mejores, muchísimo mejores, porque nos resultaba evidente que no pasarían y que volveríamos a pisar las verdes alamedas, niños adolescentes para siempre.
No sé a qué estábamos esperando…, ¿a que Guille creciera y su pragmatismo nos sacara de dudas?, ¿a que Manolito se encargara con generosidad de nuestros asuntos financieros?, ¿a que Felipe nos redimiera de todo sufrimiento a base de amor, amor, amor?
Quino: has sido un mal padre, nos has educado muy mal, no nos preparaste para el dolor, nos convenciste de que la palabra y el coraje eran omnipotentes, de que la honradez podría acabar con cualquier tiranía, de que el dinero era un asunto de pijos boludos.
No sé qué esperábamos, pero esto desde luego que no. Lo siento mucho, Mafalda, un abrazo.
2 octubre, 2020
Yo también uso VD, por querencia sentimental.
3 octubre, 2020
¡¿Cómo no caí en la cuenta???!!! Mis disculpas, pues, a todos los honmbres comunistas sin coleta…
1 octubre, 2020
¿Será posible que haya antifascistas que, por devoción vintage, usemos Varon Dandy? Pues sí, es posible.
2 octubre, 2020
Jaja, ¡perdón! Eso también lo siento mucho…