José Manuel Serrano Cueto: «Ante la discriminación, del tipo que sea, hay que posicionarse»

La musa y el lobo, la última creación de José Manuel Serrano Cueto (Cádiz, 1976), suena a cuento de hadas. Pero no lo es. Se trata, en esta ocasión, de teatro. Y por partida doble.

El coqueto bolsilibro, editado por Cazador de Ratas (que hace así su primera incursión en el género, dentro de la colección “Viento verde”), nos presenta dos micro obras, antagonistas entre ellas, aunque con elementos comunes: por un lado, en ambas la protagonista es una mujer valiente que se enfrenta a una situación extrema; por otro, los dos argumentos son extrapolables al momento que nos ha tocado vivir.

En la primera, que da título al volumen, asistimos (introducción, dos actos y epílogo) al encuentro entre la actriz de teatro y cine mudo Asta Nielsen (adorada por el público alemán, fue la primera, según apuntaba la editora Carmen Moreno en la presentación del libro, en hacer de vampiro en la gran pantalla) y el hombre más poderoso de la Alemania nacionalsocialista. En el reducido espacio del camerino de la actriz, el Hombre la presionará para que se una a los postulados del Tercer Reich. Asta Nielsen habrá de luchar entre un tentador ofrecimiento (ser la directora de unos nuevos estudios de cine en Berlín) y su conciencia.

Portada de ‘La musa y el lobo’.

La atmósfera de opresión y claustrofobia generada por el espacio (el camerino) se ve reforzada por la tensión creciente de unos diálogos muy bien construidos, creíbles, que avanzan al ritmo adecuado para que el interés del espectador (o del lector) se mantenga vivo. Los diálogos, a su vez, se complementan con la coreografía de movimientos y gestos de los personajes, que acentúan y subrayan el devenir de la escena.

La musa y el lobo es una pieza teatral sobria, formal, en la que la recreación de un hecho histórico –con un claro poso político y social– trasciende la anécdota, nos persuade –al menos a mí– sobre el presente que nos rodea y remueve nuestras conciencias.

Como contrapunto absoluto Serrano Cueto nos presenta a continuación una comedia loca, hilarante, espectral.

¡Mira que somos fantasmas! –que fuera representada en el teatro del Círculo de Bellas Artes de Madrid dentro de la obra colectiva ¡Qué bello es morir!–, con cierto aroma a teatro del absurdo –sin serlo–, nos muestra a Merche, una mujer con una vida nada fácil a sus espaldas, tenaz y «echada pa´lante«, que –de buenas a primeras– se encuentra en la “sala de espera del más allá”. Para mayor sorpresa la reciben el espectro de su marido, Mario, tal como murió años ha (joven) y su espectacular novia, Maica, pues son los funcionarios encargados de mostrarle a la recién llegada sus nuevas responsabilidades. Merche, sin embargo, no estará dispuesta a que la muerte le chafe su existencia.

Una divertida fantasmada teatral en dos actos que, con el humor por bandera, nos habla de los largos y todopoderosos tentáculos de la burocracia y, si rascamos algo, quizás también de cómo enfrentar nuestras propias vidas (aunque sea más allá que acá).

En cualquier caso, como siempre en estas reseñas, la última palabra es del autor, a quien trasladamos algunas cuestiones sobre su obra.

Sorprenden dos piezas teatrales tan diferentes entre sí reunidas en un mismo libro. ¿Cómo surge la idea?

Pues ha sido puramente casual. Íbamos a publicar solo La musa y el lobo, pero, como el libro iba a quedar muy pequeño, le propuse a Carmen incluir la otra pieza, muy distinta, y con el único nexo en común del protagonismo de una mujer fuerte e independiente.

José Manuel Serrano Cueto.                                                                                  Foto: web de Cazador de ratas.

Además de la actriz danesa Asta Nielsen, se mencionan en La musa y el lobo a la fotógrafa Leni Riefenstahl y a la también actriz Marlene Dietrich, y en ¡Mira que somos fantasmas! tenemos a la mujer de armas tomar, Merche, y a la funcionaria Maica. ¿Reivindicas el papel de la mujer en la historia, en la vida?

Las dos obras son de encargo: La musa y el lobo me la pidió un amigo, Jorge Rivera, que vive en Dinamarca, y él fue quien me contó la historia de Asta Nielsen, aunque yo fantaseo con ese encuentro de ella y Hitler, y ¡Mira que somos fantasmas! me la solicitó la actriz Josele Román para un espectáculo cómico de varias obritas cortas. O sea, el protagonismo de ambas mujeres ya era previo a mi trabajo, aunque ciertamente luego fui yo quien construyó los personajes, el de Asta a partir del carácter que ya ella había manifestado, el de Merche teniendo en cuenta personajes que Josele ya había interpretado. Por supuesto, en última instancia fui yo quien decidió que ambas debían de llevar el peso de la historia, ser fuertes, decididas y contundentes. Lo cierto es que me siento muy bien escribiendo papeles femeninos, como también se puede apreciar en el cortometraje Pelucas, y, por supuesto, reivindico el papel de la mujer en todo, pero por puro sentido común. Me cuesta creer que alguien pueda pensar que dos seres humanos no tengan los mismos derechos, ya sea por cuestiones de género, de raza, de sexo o de cualquier otra cosa. Y, ante la discriminación, del tipo que sea, hay que posicionarse.

¿Qué hay de real y qué de ficción en La musa y el lobo? El paralelismo con los tiempos políticos actuales parece evidente, ¿ha sido algo intencionado?

Es una ficción total sobre una posible realidad. Digo «posible» porque hay muy poco documentado sobre si el encuentro entre Hitler y Asta Nielsen se produjo realmente. Sí hubo presión del Ministerio de Goebbels sobre Asta para que se convirtiera en uno de los rostros del cine de propaganda. Sobre esa posible reunión entre Hitler y Asta me atrevo a fantasear casi al completo, aunque haya intentado mantener el carácter provocador de Asta y ciertas manías de Hitler. El paralelismo es algo evidente, y, más que intencionado, fue surgiendo a medida que se escribía la obra y la actualidad se iba abriendo paso. Me era imposible no ver en la situación que yo estaba creando similitudes con lo que ocurría cuando la escribí, por desgracia más acentuado hoy: la ley mordaza, los totalitarismos emergentes, la persecución del artista que discrepa…

El teatro es literatura, y como tal ha de ser leído, pero es indudable que su intención final es representarse ante el público. ¿Cuándo podremos ver en escena La musa y el lobo?

Pues, si todo va bien, este mismo 2019, el director Jorge Rivera la llevará a escena. De hecho, muy pronto comenzará el casting en Madrid para seleccionar al actor que interprete al Lobo, porque el personaje de Asta Nielsen está adjudicado desde antes incluso de que yo escribiera la obra.

José Rasero Balón

Autor/a: José Rasero Balón

José Rasero Balón (Alhucemas, 1962). Soy autor de los blogs 'E la nave va!' y 'Humanos' (www.joserasero1.com) con fotografías realizadas en Holanda, Hungría, República Checa, Eslovaquia, Austria, Italia, Alemania y diversas poblaciones de la geografía española. He publicado las novelas 'Laila' (1997), 'Badián no es un anís' (2012) y 'Áticos y viento' (Ediciones Mayi. 2015), así como el poemario 'Brochazos' (2001). Vivo en La Viña.

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